jueves, 17 de enero de 2019

¿Por qué queremos a quién no nos quiere?


¿Por qué queremos a quién no nos quiere?

¿Para qué queremos a quién no nos quiere?

Si una persona teclea una de estas dos preguntas en google, encontrará una buena colección de artículos y escritos girando alrededor de estas dos preguntas que se parecen bastante pero no tienen nada que ver entre sí.

El enfoque gestaltiano dice que lo importante no es tanto el por qué, sino el para qué. Yo pienso que en función de lo que necesite descubrir o de lo que desee trabajar, deberé indagar en una u otra pregunta.

Perspectivas cuánticas y místicas, remiten a "lo que es adentro es afuera" Es decir, todo lo que hacemos al otro, en realidad, nos lo hacemos a nosotros mismos. 

"Cuando te des cuenta de que lo que haces a otro te lo haces a ti mismo, habrás entendido la gran verdad" Lao Tsé. Filósofo y escritor chino y padre del taoismo.

Durante 19 años acudí a una psicóloga, Graciela. Para mi, la mejor del mundo. Trabajamos ambas formulas.

En mi caso, me ilusionaba, "quería" "me enamoraba" de quien no me quería a mi, o de quien me ignoraba, me evitaba o a quien le era indiferente, porqué buscaba sentir a toda costa. No importaba el qué. El quid aquí era QUÉ quería sentir y en qué momentos de mi vida caía en estos episodios de "desamor"

También hay una parte de cómo nos autopercibimos y sentimos. Pero yo creo que es a un nivel subconsciente. Y para traerlo al consciente, hay que trabajar...no basta con leerse unos artículos o unos libros sobre autoayuda.

¿Para qué? Pues esto para mi, el día que me di cuenta del "para qué" fue como cuando se cae la primera ficha de un dominó y caen todas en pocos minutos. Cuando tomé conciencia, me pareció tan...simple, tan precario a nivel de lo que había detrás de esta conducta que, me conmovió. A veces, queremos a quien no nos quiere para poder seguir instalados en la queja, en el papel de víctima "mira qué mala suerte tengo, mira qué desgraciada soy...sostenme"

Para mi, el gran trabajo que hay en este tema es el decidir querer a quien nos quiera. Y, recomiendo encarecidamente desproveer las lentes del halo de amor romántico nutrido por las artes. "Uno no elige a quien ama" Una falacia. Amar es una decisión consciente y voluntaria.
Y es importante no confundir AMAR con el estado de "enamoramiento" en el que andamos confundidos, nuestra razón nublada. En ese estado nos sumimos, entre otros factores, impelidos por carencias personales, más o menos profundas. Más o menos conscientes. Más o menos temporales.

Y sí, también esas carencias afectivas, nos llevan, a menudo a CREER que queremos o nos hemos enamorado de quien no nos corresponde. Empieza así un calvario de sufrimiento...pero, la cosa es que cuando es amor, no duele. Si duele, es otra cosa.

De ahí se puede tirar y trabajar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario